Claves para evitar relaciones tóxicas

Los humanos somos seres sociales, que requerimos interactuar con otras personas, generando relaciones afectivas. Cuando estas son sanas, suelen contribuir al desarrollo personal de los involucrados, haciéndoles sentirse plenos y tranquilos.

No obstante, puedes verte atrapado en relaciones que no tienen un aporte positivo y te hacen sentir ansioso. Esto puede llevar a que sufras maltrato tanto físico como emocional y no seas capaz de liberarte de una persona tóxica, que no te permite crecer individualmente.

Esto es bastante común en personas con problemas de autoestima o afectivos que tienen su origen en la infancia. Los especialistas en relaciones humanas, te brindan algunas claves que te ayudarán a evitar caer en relaciones tóxicas.

¿Qué se considera una relación tóxica?

Es un vínculo afectivo que se establece entre dos o más personas en la cual no todas se sienten tratadas de igual a igual. Esta puede ser familiar, de pareja, amistades o hasta en el ámbito laboral y suelen ser bastante destructivas.

En las relaciones tóxicas, al menos uno de los involucrados está siendo aprovechado o maltratado por el otro, causándole daño. Además, la persona que se ve afectada, siente una dependencia afectiva, que le dificulta liberarse de la relación.

Cuando se trata de relaciones en las que participan dos personas, se forma una dinámica muy particular:

  • Uno de los integrantes de la pareja lleva el control completo de la relación, manipulando a la otra en su beneficio.
  • Una persona que es muy susceptible a ser manipulada, vulnerable, con problemas de autoestima y una gran dependencia afectiva.
  • El manipulador intenta controlar el comportamiento de la otra persona, causándole daño psicológico y pudiendo llegar a la violencia física para mantener el poder en la relación.

Dentro de las relaciones tóxicas, los psicólogos han tipificado distintos casos, dependiendo de las causas que llevan a los miembros de la pareja a mantener la relación. Entre las más comunes, están:

  • De codependencia: ambos dependen emocionalmente uno del otro, olvidando sus necesidades individuales. Necesitan que el otro los valide y apruebe en cada decisión que toman y dejan de ser funcionales, sin pareja.
  • Narcisistas: uno de los miembros de la pareja tiene comportamientos egocéntricos, poniendo siempre en primer lugar sus intereses. No toma en cuenta las necesidades afectivas del otro y quiere siempre recibir la atención.
  • Paranoides: el miembro dominante de la pareja quiere siempre tener el control sobre el otro y duda constantemente de su lealtad y fidelidad. Manifiesta celos enfermizos, que lo llevan a vigilar cada uno de los movimientos del otro.
  • Abusivas: son las más peligrosas, debido a que uno de los integrantes de la pareja, presenta conductas abusivas en el plano emocional. Usa el chantaje y puede llegar hasta la violencia física para controlar al otro.

¿Cómo identificar si estás en una relación tóxica?

Las relaciones de dependencia emocional no siempre son de pareja, también pueden entablarse con un familiar o un amigo. Entre algunos de los rasgos más frecuentes en una relación tóxica, destacan:

  • Una de las personas utiliza estrategias de manipulación, para hacer sentir inseguro de sí mismo al otro. Esto lo lleva a percibir que no puede confiar en su propio criterio y depende de la otra persona para tomar decisiones personales.
  • Se establece una relación de desigualdad, en que uno de los miembros de la pareja es quien siempre toma el control. Por ejemplo, siempre decide las salidas, lo que se hará y hasta la manera de llevar la economía familiar.
  • Son frecuentes las actitudes posesivas y celosas, donde una de las personas quiere controlar las relaciones afectivas del otro en todos los planos.
  • La persona sumisa siente miedo al enfrentarse a su pareja y siente que siempre requiere tener su aprobación.
  • El miembro dominante de la pareja no acepta sugerencias ni es capaz de ceder a los deseos y necesidades del otro.

Tal como leemos aquí, esto puede empezar por un enamoramiento cuando no quieres hacerlo, que puede hacerte tener sentimientos que no puedes controlar. Por tanto, cuando se trata de relaciones de pareja, es conveniente manejar tus emociones para evitar enamorarte de una persona con rasgos tóxicos.

Claves para evitar las relaciones tóxicas

Es normal y sano que sientas una conexión afectiva con otras personas, pero tienes que estar alerta para detectar comportamientos que no sean saludables. Para evitar las relaciones tóxicas, debes conocerte a ti mismo y saber leer las señales de alerta:

  • Aprende a reconocer tus carencias, a fin de no exponerte a personas que te den la sensación de llenarlas. En general, una persona suele buscar sentirse aceptado en un grupo (carencia social), lograr afecto (familiar o de pareja) o llenar carencias económicas.
  • Estudia tu autoestima y trabaja para aumentarla y aceptarte con tus virtudes y defectos. Asimismo, aprende a confiar en tus decisiones y a valorar tus necesidades personales.
  • Aléjate de personas que no sean capaces de escuchar tu opinión y quieran siempre imponer su punto de vista.
  • No permitas ningún tipo de abuso psicológico ni físico. En cuanto percibas algún comportamiento de ese tipo, pon distancia con la otra persona.
  • Cuando detectes que intentan manipularte emocionalmente, establece rápidamente los límites y si la situación no cambia, abandona la relación.
  • Si te sientes en un estado de vulnerabilidad para enfrentarte a una persona agresiva y dominante, busca apoyo de tu círculo afectivo o de profesionales.