Cómo aguantar una mala racha de póker

El póker es uno de los juegos de mesa que más auge ha tenido en las últimas décadas, especialmente a raíz de su entrada en el mundo de la Internet.

Siendo un antiguo juego, su popularidad se vio positivamente impulsada por el cine de Hollywood, con las infaltables escenas de la mesa de póker en las películas de vaqueros y gánsteres.

Sin embargo, no hay duda del salto espectacular que ha representado para el póker la aparición de plataformas digitales que te permiten jugar on line con aficionados y expertos de todo el planeta.

Por otra parte, el póker no es un juego cualquiera, ya que, exige una combinación particular de conocimientos y habilidades que lo ha llevado a ser considerado un deporte mental.

Hablamos desde conocimientos matemáticos, especialmente estadísticos, pasando por capacidad de concentración, disciplina y visión estratégica, hasta una buena dosis de psicología e inteligencia emocional.

A lo cual, sin duda, hay que agregarle la emoción que implica el factor de la apuesta y la posibilidad de ganancia.

En fin, el póker lo tiene todo para despertar pasiones, pero, como todo en la vida, el póker tiene su lado desagradable. Nos referimos a las malas rachas.

Mientras el viento está a tu favor, todo es alegría y disfrute, el asunto es si comienzas a transitar por una secuencia de malas partidas. Más aún si las apuestas han sido considerables y con ellas, las pérdidas de tu bankroll.

Por tanto, el saber manejar las malas rachas es un aspecto fundamental en la formación de un buen jugador de póker. Veamos algunos elementos clave para abordarlas.

Lo primero: saber que en algún momento tendrás una mala racha

Así es, lo primero que debes tener en cuenta es que el póker, entre muchas otras cosas, es una combinación de preparación y azar.

Sin duda, mientras más conocimientos, habilidades y experiencia tengas en el juego, menos probabilidades tendrás de entrar en una mala racha. Sea porque incrementas tus posibilidades de ganar o porque aprendes a retirarte a tiempo.

Sin embargo, en el póker entra, igualmente, el factor azar, así que en algún momento de tu carrera como jugador, te asaltará una mala racha. Por lo que la primera clave es prepararte mentalmente para ello, asimilando que es parte del azar del juego.

Por otra parte, lo que se denomina mala racha varía de jugador a jugador. Algunos consideran que entraron en una mala racha cuando encaran pérdidas en 10 sesiones seguidas, para otros, basta con 5 sesiones continuas.

Hay para quienes perder 10 o 12 flips en una única sesión, ya es suficiente para invocar la mala racha como causa.

Como bien señala el estupendo informativo digital DiarioAbierto, las buenas y las malas rachas son parte de la varianza de todo jugador de póker.

Este conocimiento y la preparación psicológica que genera, por un lado, te ayuda en el sentido de poder mantener el control cuando entras en una mala racha y, por otro, te permite reconocer que has entrado en una.

No insistas, tómate un descanso

Una mala racha no es un problema del destino, del mal de ojo o alguno de estos factores del campo de lo parapsicológico o metafísico. Se trata, meramente, de la confluencia de un complejo conjunto de factores que inclinan la balanza hacia una serie de derrotas continuas.

Puede tratarse de la azarosa confluencia de tu insuficiente desarrollo de juego con el hecho de enfrentar a adversarios particularmente bien preparados. O, sencillamente, una aleatoria secuencia de malas cartas. Recuerda el azar es el azar y también tiene su papel en el póker.

Sin embargo, lo importante es reconocer cuando empiezas a transitar una mala racha y tener la firmeza de parar y tomarte un descanso. Lo peor es entrar en el círculo vicioso del obsesivo que se niega a aceptarlo e insiste una y otra vez.

Ten en cuenta que con cada fracaso se profundiza tu frustración y disminuye tu capacidad de enfrentar el problema racionalmente, a fin de detectar donde estás fallando. De tal forma, que tomarte un descanso te permite volver a enfocarte, retomar tu control emocional, analizar tu juego y buscar posibles correctivos.

Analiza tu juego

En consonancia con el punto anterior, si bien es bueno aprovechar el descanso para despejar la mente, no debe implicar abandonar el tema del póker por completo. Se trata de recuperar el centro personal y aprovechar el tiempo para retomar el estudio del póker y analizar tus estrategias de juego.

Luego de un descanso, vuelve sobre las partidas de la mala racha, tratando de detectar a qué puedes atribuir lo sucedido y corregirlo. ¿Se trató meramente de una mala mano de cartas que llegaron una y otra vez o tu nivel de juego no estuvo a la altura de nuevos oponentes?

Este ejercicio reflexivo te permitirá definir que estrategias debes seguir para mejorar tu juego y reducir la probabilidad de enfrentar otra mala racha.

Puede haber ocurrido que trataste de subir de nivel sin aún estar preparado, por lo que, tal vez, requieras más estudio y práctica.

Puede que requieras dar un paso atrás

En la línea de lo que acabo de señalarte, puede que te convenga dar un paso atrás en tus aspiraciones y centrarte nuevamente en un juego más clásico y sólido.

Tal vez, intentaste pasar de ser un jugador más conservador a uno más audaz, sin estar preparado o compaginar esa estrategia con tu carácter. En este sentido, puede que te convenga dejar de intentar jugadas muy sofisticadas o lanzarte grandes faroles.

Igualmente, te puede convenir retomar aquellos juegos de amigos, por el solo disfrute del póker, sin preocuparte del aspecto competitivo del juego y centrarte en la técnica. Se trata de recuperar tu equilibrio como jugador y fortalecer tu autoconfianza.

Lo cierto es que las malas rachas se superan y, si se abordan correctamente, terminan siendo una oportunidad para mejorar tu juego y, así, enfrentar en mejores condiciones la próxima mala racha, que seguro llegará en algún momento.